sábado, 5 de noviembre de 2011

"Las distintas perspectivas de la comunicación a lo largo de la historia"

La comunicación en la educación ha sido (y es) abordada desde diferentes perspectivas. Desde el inicio de la historia de América ha surgido una cultura para cada tipo de educación: la cultura “del silencio” de la conquista, “la palabra generadora” de Paulo Freire, la comunicación lineal o la sistémica, etc.
LA CULTURA DEL SILENCIO:
Conociendo por ésta al conjunto de pautas de acción y esquemas de pensamiento que conformaron la mentalidad y el comportamiento de los latinoamericanos desde la conquista (“La educación desde la comunicación“ Martín Barbero, Jesús). Se impuso el mutismo total y la pasividad, la humillación y la sumisión, hasta el punto en el que el conquistado veía al conquistador como el poseedor de la verdad. Se desterró la cultura autóctona de los americanos, se negaron su lenguaje y sus creencias. Así el colonizado comienza a desconocerse a sí mismo y a dudar de todo aquello que le dio sentido a su existencia.
LA PALABRA GENERADORA:
Esta pedagogía de Paulo Freire sostiene vincular el lenguaje del contexto del sujeto con la educación como punto de partida para la comunicación. Defiende la interrelación entre la palabra y la acción y la utilización del silencio del docente para escuchar al otro sólo haciendo intervenciones para guiar y no coartar.
LA COMUNICACIÓN LINEAL:
Plantean que la comunicación es algo verbal, consciente, predecible y voluntario sin la intervención de ningún otro factor que pueda afectarla.
LA COMUNICACIÓN SISTEMÁTICA:  
La comunicación ya no es una relación entre dos personas, sino que, por el contrario, en ella intervienen los instrumentos de un sistema cultural de pertenencia del sujeto. En la comunicación el contexto juega un papel muy importante. Todo efecto retroactúa sobre su causa, todo proceso debe estar concebido sobre un sistema circular (“La nueva comunicación “Goffman y otros).  
LA COMUNICACIÓN EN LA ACTUALIDAD Y SU INTERVENCIÓN EN LA ESCUELA:
En la actualidad nos encontramos en una disyuntiva acerca del tipo de comunicación que se desarrolla en las escuelas (como resultado de nuestra visita a ellas).Creemos que no hay un modelo definido o por lo menos se mezclan varios conceptos.
En principio desarrollaremos un breve relato de las escuelas a las que hemos asistido para ubicarnos en tiempo y lugar. La primera experiencia se remota a una institución que se encuentra en la periferia de la ciudad (evitaremos citar el nombre la misma debido a la calidad pública de este ensayo).La misma está catalogada como “de riesgo 1”.
La segunda es una escuela rural ubicada en las afueras de Mar del Plata. Los alumnos son, en su mayoría, extranjeros provenientes de países limítrofes y cuyos padres trabajan en una plantación de la zona.
Cada una representa una realidad distinta, pero el discurso que plantea es similar en ambas. Por un lado nos encontramos con la viva imagen del legado de Freire en el que se tiene en cuenta el contexto del cual proviene el alumno. Si bien en la mayoría de los casos la práctica no es exactamente la de trabajar con la palabra generadora para alfabetizar, se utilizan otros conceptos muy presentes en la pedagogía freiriana como son la comunicación dialógica y la formación de sujetos críticos, entre otros.
Por otro lado, se presenta un doble discurso por parte de muchos de los docentes que fomentan esa misma pedagogía. Se escuchan comentarios tales como: “lo que aprenden en el instituto (refiriéndose a nosotros) no les sirve de nada en la escuela”, o “¿de qué sirve todo lo que les  enseñás (a los alumnos) si después van a salir a robar como los padres?”. Entonces ¿no es ésta la misma cultura que la de la conquista de nuestro continente? ¿No es parte de un proceso de incomunicación en el que la  acción, la participación y la decisión del sujeto son nulas?
Desde esta perspectiva la cultura escolar resucita la “cultura del silencio” en la que se estigmatiza al distinto, al que no posee las mismas herramientas, al que tiene una inteligencia distinta a la de la mayoría y prepondera la idea de que el que más estudie más privilegios obtendrá en la sociedad.
A su vez, a partir de estas actitudes, podemos retomar el modelo de comunicación sistémico en donde la comunicación cumple una función retroactiva, es decir, no es meramente lineal, si no por el contrario, es un acto en el que interactúan otros aspectos además de los puramente verbales. De aquí surgen diversas interpretaciones de las actitudes de los docentes en las que se plantea un discurso y se acciona en forma opuesta.
Cabe destacar que no en todos los casos la realidad educativa se presenta de la misma manera. También encontramos docentes comprometidos con la educación que trabajan en función de una comunicación que incorpore todos los aspectos que rodean al sujeto de aprendizaje y que confían en la posibilidad de ofrecerle al alumno un abanico de posibilidades para ampliar sus oportunidades de comunicación y por lo tanto de educación. 

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